MADRID, 26 Ene. (EUROPA PRESS). – Inspirándose en los pepinos de mar, unos ingenieros han diseñado unos robots en miniatura que cambian rápida y reversiblemente de estado líquido a sólido, al estilo del villano de Terminator 2.
Además de cambiar de forma, los robots son magnéticos y conductores de electricidad. Los investigadores sometieron a los robots a una carrera de obstáculos y pruebas de movilidad y cambio de forma, entre las que destaca un diminuto modelo con forma de persona que atraviesa los barrotes de una celda cambiando de estado
( https://www.cell.com/cms/10.1016/j.matt.2022.12.003/attachme…. )
El estudio se publicó el 25 de enero en la revista Matter.
El equipo creó el nuevo material de cambio de fase -denominado «máquina magnetoactiva de transición de fase sólido-líquido»- incrustando partículas magnéticas en galio, un metal con un punto de fusión muy bajo (29,8 °C).
«Las partículas magnéticas tienen dos funciones», explica Carmel Majidi, autor principal e ingeniero mecánico de la Universidad Carnegie Mellon. «Una es que hacen que el material responda a un campo magnético alterno, de modo que se puede, por inducción, calentar el material y provocar el cambio de fase. Pero las partículas magnéticas también dan a los robots movilidad y la capacidad de moverse en respuesta al campo magnético.»
Esto contrasta con los materiales de cambio de fase existentes, que dependen de pistolas de calor, corrientes eléctricas u otras fuentes de calor externas para inducir la transformación de sólido a líquido. El nuevo material también presenta una fase líquida extremadamente fluida en comparación con otros materiales de cambio de fase, cuyas fases «líquidas» son considerablemente más viscosas.
Mientras que los robots tradicionales son duros y rígidos, los blandos tienen el problema contrario: son flexibles pero débiles, y sus movimientos son difíciles de controlar. «Dotar a los robots de la capacidad de cambiar entre los estados líquido y sólido los dota de más funcionalidad», afirma Chengfeng Pan, ingeniero de la Universidad China de Hong Kong que dirigió el estudio.