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Se celebró la primera misa en honor al Papa Francisco este domingo en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma
MADRID 27 Abr. (EUROPA PRESS). – La primera misa en honor al Papa Francisco se ha celebrado este domingo en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, lugar donde fue enterrado este sábado, atendiendo a su petición.
Se trata de una misa privada en la que los cardenales han rezado las Vísperas y el paso ha estado restringido, aunque en una fotografía reposteada por Vatican News se puede ver a la mujer que llevó flores amarillas al Papa cuando salió del hospital Gemelli de Roma el 23 de marzo y en más ocasiones.
La «dama de las flores amarillas», Carmelina, se aprecia en una de las fotografías en un rincón rezando por el Papa durante las vísperas cardenalicias.
«Para el Papa Francisco: Que el Señor Resucitado lo acoja en morada de luz y paz», frase que se ha pronunciado en el interior de la basílica según ha publicado Vatican News en sus redes sociales junto a fotografías.
Los cardenales se han reunido la tarde de este domingo en Santa María la Mayor para rendir homenaje a la tumba de Papa Francisco, enterrado en este emplazamiento y no en el Vaticano, tal y como era su voluntad, y sus restos se suman así a otros siete papas que también están enterrados ahí.
Sobre los motivos por los que el Papa quería ser enterrado en esta basílica mariana, una de las cuatro basílicas mayores de Roma, el Pontífice explicó que es por su «gran devoción». «Sí, porque es mi gran devoción, mi gran devoción. Y antes, ya cuando venía, siempre iba ahí el domingo en la mañana que estaba en Roma, me iba un rato allí. Hay una ligazón muy grande», destacó. Este pasado sábado el Pontífice llegó a la basílica alrededor de las 13.00 horas tras la misa exequial celebrada en el Vaticano.
La tumba del Papa Francisco, situada junto a la de Honorio III, ha sido fabricada con mármol de la región italiana de Liguria y lleva la inscripción ‘Franciscus’, además de la reproducción de su cruz pectoral del Pontífice y sobre la lápida de mármol descansa una rosa blanca, símbolo de su vínculo con Teresa de Lisieux.
