MADRID 22 May. (EUROPA PRESS). – El Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco, octava prueba del Mundial en el circuito urbano de Montecarlo, recibe a un enchufado Max Verstappen (Red Bull) tras su triunfo en Imola, rebelándose contra la superioridad de unos McLaren que quieren recuperar su hegemonía en un fin de semana en el que la estrategia y el sábado serán claves, mientras Fernando Alonso y Aston Martin no quieren que su mejoría quede algo aislado, y Carlos Sainz (Williams) continúa con su adaptación.
El vigente campeón demostró una vez más que es uno de los mejores pilotos de los últimos tiempos con su victoria en el Gran Premio de la Emilia-Romaña, la segunda del curso y la cuarta consecutiva de su reinado en el Autódromo Enzo e Dino Ferrari, reactivando de nuevo la lucha por el título.
Verstappen tomó el mando de la carrera nada más comenzar, superando a un Oscar Piastri (McLaren) que no supo defender la pole y terminó tercero tras una innecesaria y prematura parada. Un coche de seguridad benefició al neerlandés, mucho más astuto que el británico Lando Norris, que terminó segundo. A pesar de todo, el australiano (146 puntos) sigue líder del Mundial de Pilotos con 13 puntos de ventaja sobre su compañero (133) y 22 sobre ‘Mad Max’ (124).
Frenazo ‘papaya’ inesperado dada la superioridad del mejor coche de la parrilla, que sigue lamentando ser lamentando tener el enemigo en casa. McLaren tiene ante sí el reto de no cometer errores propios que les alejen da ambos títulos, y contra Verstappen nunca puede haber relajación ni exceso de confianza.
Ahora, el Mundial sigue inmerso en su gira europea, en la segunda parada del triplete consecutivo que culminará en Barcelona antes de un parón. La parrilla viaja a Montecarlo, donde se disputa desde 1950 el GP de Mónaco, uno de los más míticos de toda la historia, y en el que la calificación y las paradas en boxes son las claves para hacerse con el triunfo, en un circuito en el que es casi imposible adelantar.
Prueba de ello es la carrera del año pasado, en la que el piloto local Charles Leclerc (Ferrari) hizo buena la ‘pole’ para ganar. Ahora, la escudería italiana, después de un inicio por debajo de las expectativas, llega con mejores sensaciones gracias al cuarto puesto del inglés Lewis Hamilton, cuarto en ‘casa’, y el sexto lugar del monegasco. El ‘Predestinato’ rompió una serie de tres años con triunfos de Red Bull, dos de ellos de Verstappen, que fascinó en 2023 con una vuelta de ‘pole’ al límite, en una pelea brutal con Fernando Alonso.
Precisamente, el asturiano llega a Mónaco, donde rozó la victoria hace dos años, con sentimientos encontrados. Contra todo pronóstico, el ganador en este trazado en 2006 y 2007 y su compañero, el canadiense Lance Stroll, sorprendieron en la ‘qualy’ en Imola colándose entre los 10 mejores, con grandes opciones de acercarse al ‘top 6’, pero la estrategia y la mala fortuna se cebó con Alonso, que acabó fuera de los puntos. Pero la gran noticia para la escudería británica es que parece haber dado un paso adelante que quieren confirmar en Montecarlo.
Por el contrario, el de Imola fue un fin de semana extraño para Mercedes, con el abandono de Andrea Kimi Antonelli y un George Russell algo perdido que solo pudo ser séptimo, lejos del gran ritmo de los Ferrari y defendiéndose de unos Williams al alza. Y es que la escudería de Grove sigue avanzando en su objetivo de ser la alternativa y referencia de la zona media, y para ese objetivo fueron muy buenos el quinto y octavo puesto de Alex Albon y Carlos Sainz, respectivamente.
El piloto madrileño tiene una nueva oportunidad para demostrar que cada vez está más adaptado al FW45, con el claro objetivo de seguir a un nivel alto el sábado, después de calificar en el sexto lugar en las últimas tres carreras. En este trazado ya se ha subido en tres ocasiones al podio, algo que solo podría repetir en el caso de que el caos se adueñe de la carrera. Algo poco probable, ya que no se prevén precipitaciones, con temperaturas entre 13º y 19º.
Con estas condiciones, la parrilla se enfrenta al trazado más corto del Mundial, con algo más de 3,3 kilómetros por vuelta, al que Pirelli lleva su gama más baja de neumáticos. Los pilotos deberán cambiar estos al menos dos veces durante la carrera, ya que la reglamentación obliga en este circuito a pasar al menos en dos ocasiones por boxes.