El cierre de medios de comunicación es «constante» en cerca de un tercio de todos los países
Alerta del aumento de la brecha entre la UE y otras zonas a medida que se agrava una situación que es ya «difícil» a nivel global
MADRID, 2 May. (EUROPA PRESS). – La organización no gubernamental Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha alertado este viernes de que la falta de estabilidad financiera y el debilitamiento económico supone la principal amenaza para la libertad de prensa en todo el mundo a medida que siguen cerrando de forma «constante» medios de comunicación en cerca de un tercio de los países.
En su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa para el año 2025, la organización ha aseverado que, si bien las agresiones físicas sufridas por periodistas constituyen el aspecto «más visible» de las vulneraciones a la libertad de prensa, las presiones económicas, «más insidiosas», también representan un obstáculo de primer orden.
A medida que el indicador económico de la clasificación mundial sigue cayendo hasta alcanzar un nivel crítico «sin precedentes», la región de Oriente Próximo y del norte de África siguen siendo las más peligrosas para ejercer la profesión, especialmente en la Franja de Gaza.
El informe apunta a que por primera vez en la historia del ránking, la situación de la prensa se ha vuelto «difícil» a escala mundial debido al «fuerte retroceso», que es ya alarmante en muchas regiones. A nivel económico, la concentración de la propiedad, las presiones de los anunciantes o de los accionistas, y la ausencia, restricción o asignación opaca de ayudas públicas representa un grave peligro para la libertad de prensa, según recoge el texto.
«Los medios se encuentran actualmente atrapados en la tesitura de garantizar su independencia y su supervivencia financiera. Garantizar un espacio mediático plural, libre e independiente requiere condiciones económicas estables y transparentes. Sin independencia financiera, no hay prensa libre. Cuando los medios de comunicación son económicamente frágiles, se ven arrastrados a la carrera por la audiencia, a costa de la calidad, y pueden convertirse en presa de los oligarcas o de responsables políticos que los instrumentalizan», recoge el documento.
Es por ello que desde RSF instan a «restaurar una economía de los medios que sea favorable al periodismo y que garantice la producción de información fiable, una producción necesariamente costosa». «Existen soluciones, que deben aplicarse a gran escala. La independencia financiera es una condición vital para garantizar una información libre, fiable y al servicio del interés general», ha resaltado.
En 160 de los 180 países analizados por RSF, los medios de comunicación no logran alcanzar la estabilidad financiera y en casi un tercio de ellos, el cierre de medios de comunicación es «constante» por la persistencia de dificultades económicas. En este sentido, destacan países como Estados Unidos –en el puesto 57 de libertad de prensa–, Argentina –puesto 87– y Túnez –puesto 129–.
Así, la situación en Palestina –situada en el puesto 163 de la clasificación– es «desastrosa» a consecuencia del bloqueo total impuesto desde hace más de 18 meses por el Ejército israelí, que ha destruido redacciones y ha acabado con la vida de unos 200 periodistas, tal y como denuncia RSF.
Aunque Haití (puesto 112) también hace frente a estos problemas, otros países con buena posición en el ránking, como España (23), Sudáfrica (27) o Nueva Zelanda (16) no están exentos de estas dificultades. No obstante, una treintena de países destacan por estos cierres masivos, como Nicaragua (puesto 172), Bielorrusia (166), Irán (176), Birmania (169), Sudán (156), Azerbaiyán (167) y Afganistán (175), donde a las dificultades económicas se suman las presiones políticas.
EL DESIERTO INFORMATIVO DE EEUU
En Estados Unidos, que se sitúa en el puesto 57 y donde el indicador económico ha perdido más de 14 puntos en dos años, regiones extensas se están convirtiendo en «desiertos informativos».
Según la organización, el periodismo local paga un alto precio por la recesión económica: más del 60 por ciento de los periodistas y expertos en medios encuestados por RSF en Arizona, Florida, Nevada y Pensilvania coinciden en que es «difícil ganarse la vida como periodista» y el 75 por ciento afirma que «la viabilidad económica de un medio de tamaño mediano es compleja».
Además, el descenso de 28 puestos en el indicador social del país revela que el entorno global de los medios es cada vez más hostil para la prensa, una situación que se ha agravado con el nuevo mandato del presidente, Donald Trump, que juró el cargo el pasado mes de enero y que usa «cuestiones económicas falaces para someter a la prensa, como ilustra el cese de la financiación de varios medios por parte de la Agencia de Estados Unidos para los Medios de Comunicación Globales (USAGM)».
Entre estos medios se encuentran Voice of America y Radio Free Europe/Radio Liberty, entre otros, por lo que «más de 400 millones de personas en todo el mundo se han visto privadas, de la noche a la mañana, de acceso a una información fiable». Del mismo modo, la congelación de los fondos de cooperación que maneja la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ha sumido a cientos de medios en «una inestabilidad económica crítica, obligando a algunos de ellos a cerrar, especialmente en Ucrania (que ocupa el puesto 62).
SITUACIÓN «DIFÍCIL» A ESCALA MUNDIAL
Los resultados del informe RSF, que muestran una situación «difícil» a escala mundial por primera vez, reflejan a su vez el deterioro global que sufre la libertad de prensa en el mundo y dejan entrever un aumento de la brecha entre la Unión Europea y el resto de zonas.
En este sentido, ha alertado de que este año se ha cruzado una «nueva línea roja»: la puntuación media de todos los países evaluados ha caído por debajo de los 55 puntos, el límite marcado para calificar la situación de la libertad de prensa como «difícil».
Más de seis de cada diez países (112 en total) registran retrocesos en la clasificación y, por primera vez en su historia, las condiciones para el ejercicio del periodismo son «malas» en la mitad de los países del mundo y «satisfactorias» en menos de uno de cada cuatro.
Asimismo, en 42 países, que representan a más de la mitad de la población mundial (56,7 por ciento), la situación se considera «muy grave»: la libertad de prensa es inexistente y el ejercicio del periodismo es especialmente peligroso en zonas como Palestina, Uganda (143), Etiopía (145) y Ruanda (146), que han descendido en 2025 a la categoría de situación «muy grave».
Hong Kong también se tiñe de rojo y adopta el mismo color que China, que integra el trío final de lista junto a Corea del Norte y Eritrea. En Asia Central, Kirguistán (en el puesto 144) y Kazajistán (141) ensombrecen la zona, mientras que en Oriente Próximo nos topamos con una región en la que Jordania se ha desplomado 15 puestos hasta el 147 debido a la aprobación de leyes que recortan la libertad de prensa.
A pesar de que Europa encabeza el listado, la región está cada vez más dividida. Las zonas de Europa del Este y Asia Central han registrado la mayor caída en la puntuación global, mientras que en la UE y los Balcanes se sitúa la puntuación más alta del mundo, lo que amplía una brecha ya existente.
No obstante, la situación ha empeorado en Portugal (8), Croacia (60) y Kosovo (99), entre otros. Noruega, el único país del mundo que cuenta con una «situación buena» en los cinco indicadores que componen la clasificación, mantiene su primer puesto por noveno año consecutivo y amplía su ventaja sobre los demás países.