MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS).- El Gran Premio de China regresa este fin de semana al Mundial cinco años después de un parón de cuatro temporadas por el coronavirus, reencontrándose ahora con una F1 que domina Red Bull y Max Verstappen, favorito para repetir triunfo en Shanghái, aunque Ferrari atraviesa su mejor momento de los últimos años, gracias en gran parte a un Carlos Sainz al alza y dispuesto a confirmarse como alternativa a los ‘energéticos’.
Tras un parón de dos semanas, el ‘Gran Circo’ vuelve a la acción y también en Asia, después del último GP de Japón, en el que Red Bull se vengó del triunfo de Carlos Sainz en Australia. El madrileño es el único que ha sido capaz de bajar del primer cajón del podio a Max Verstappen esta temporada, empeñado en confirmarse como la opción real a desbancar a unos Red Bull que, aún así, siguen siendo los principales favoritos.
En Suzuka, ‘Mad Max’ recordó, tras su abandono en Melbourne, que es el ‘rey’ del Mundial, y junto a ‘Checo’ Pérez se alzaron con otro doblete, como ya hicieron en Baréin y Yeda, y ahora deberán examinar su aparente dominio en el trazado de Shanghái. Será un reto casi desde cero, ya que no se corre en China desde 2019 –cuando se celebró la prueba número 1.000 de la historia de la F1–, antes de una pandemia de coronavirus que provocó su ausencia de cuatro años en el calendario.
Nada tiene que ver la realidad de hace cinco años, cuando dominaba Mercedes, con la que el ‘Gran Circo’ vive ahora. Un escenario completamente nuevo al que hay que añadir el estreno de la ‘Sprint Race’, que en China prueba un nuevo formato. La mayor variación será en la estructura, con solo unos Libres –después ya habrá ‘parc fermé’– antes de la calificación para el esprint el viernes. El sábado se correrá la ‘carrera corta’ de 100 kilómetros.
Con un mayor reparto de puntos, Shanghái será una oportunidad para Ferrari, que atraviesa su mejor momentos en los últimos años, ya mucho más cerca de Red Bull, sobre todo en velocidad punta y ‘qualy’. Charles Leclerc es tercero (59 puntos) y Carlos Sainz, cuarto (55), y ya tienen en el punto de mira a Verstappen (77) y Pérez (64). Sobre todo el español debe aprovechar su gran dinámica y ritmo con el que ha completado un inicio fulgurante que pretende extender en China.
Y aunque sus precedentes en Shanghái no invitan al optimismo –su mejor resultado fue en 2017, séptimo, con Toro Rosso–, su situación actual es muy diferente, con un impulso al alza para despedirse de Ferrari por todo lo alto. Y es que la escudería italiana quiere seguir presionando a Red Bull y Verstappen, aunque el equipo austriaco tiene muy buen recuerdo de este trazado, porque fue en Shanghái donde en 2009 Sebastian Vettel les dio el primer triunfo.
Por detrás, Mercedes quiere seguir mejorando y con esa tendencia creciente que se percibió en Suzuka, aunque no por los resultados, con George Russell finalizando séptimo y Lewis Hamilton, noveno. «Los resultados no lo dicen, pero en Japón hicimos grandes progresos con nuestro coche», dijo el jefe de equipo de las ‘flechas plateadas’, Toto Wolff.
En China, quinta prueba del Mundial, el siete veces campeón del mundo tiene el récord de triunfos (6), poles (6) y el de puntos sumados (204). El británico es uno de los tres pilotos de la actual parrilla que sabe lo que es subirse al podio, junto al australiano Daniel Ricciardo (1) y Fernando Alonso (2). De hecho, el asturiano ha ganado en este trazado en dos ocasiones (2005 y 2013), y es que su experiencia y destreza al volante del Aston Martin en un circuito que muchos pilotos no conocen puede ser clave.
En total, se han celebrado 16 pruebas en el Circuito Internacional de Shanghái inspirado en la grafía ‘shang’ del alfabeto chino y con 5.451 metros. Los 20 pilotos afrontarán 16 curvas, algunas muy lentas combinadas con otras de alta velocidad, además de dos largas rectas que hacen que el DRS sea diferencial. También será importante las condiciones meteorológicas, con temperaturas de 20º y previsiones de lluvia para viernes y sábado, cuando se dispute la carrera al esprint.