MADRID, 21 Mar. (EUROPA PRESS). – La clasificación inicial como radiogalaxia de una estructura cósmica masiva ha tenido que ser modificada debido a la actividad única dentro de su núcleo, revelada en un nuevo estudio.
PBC J2333.9-2343 tiene 4 millones de años luz de diámetro y tiene un blazar en su núcleo. Un blazar es un núcleo galáctico activo (AGN) con un chorro relativista (un chorro que viaja cerca de la velocidad de la luz) dirigido hacia un observador.
Los blazares son objetos de muy alta energía y se consideran uno de los fenómenos más poderosos del universo. La investigación ha revelado que en PBC J2333.9-2343, el chorro cambió drásticamente su dirección en un ángulo de hasta 90 grados, pasando de estar en el plano del cielo, perpendicular a nuestra línea de visión, a apuntar directamente hacia nosotros.
Un chorro de blazar está hecho de partículas elementales cargadas como electrones o protones que se mueven a velocidades cercanas a la velocidad de la luz. Estos se mueven en círculos alrededor de un fuerte campo magnético, provocando la emisión de radiación en todo el espectro electromagnético. En PBC J2333.9-2343, se cree que el chorro se origina cerca del agujero negro supermasivo en su centro.
Con el chorro apuntando en nuestra dirección, la emisión se ve fuertemente potenciada y puede superar fácilmente a la procedente del resto de la galaxia. Esto, a su vez, genera destellos de alta intensidad más fuertes que los que provienen de otras radiogalaxias, cambiando así su categorización.
La orientación de los chorros hacia nosotros determina cómo se clasifica una galaxia. Cuando dos chorros apuntan hacia el plano del cielo, se clasifican como una radiogalaxia, pero si uno de los chorros apunta hacia nosotros, entonces el AGN de la galaxia se conoce como blazar. Con chorros en el plano del cielo y uno dirigido hacia nosotros, PBC J2333.9-2343 ha sido reclasificada como una radiogalaxia con un blazar en su centro, informa la Royal Astronomical Society en un comunicado.
En el pasado se han descrito cambios en la dirección de los chorros, por ejemplo, con radiogalaxias en forma de X. Esta es la primera vez que se observa un fenómeno de este tipo que no sugiere la presencia de dos fases diferentes de actividad de chorro a partir de su morfología observada en frecuencias de radio: el cambio de dirección parece haber tenido lugar en el mismo estallido nuclear que se originó en el AGN.
El trabajo se publica en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.