MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS).- La Policía de Kenia ha encontrado 26 cuerpos más enterrados en fosas comunes dentro de unos terrenos propiedad de Paul Mackenzie Nthenge, autoproclamado líder de una secta del condado de Kilifi, en la costa del país, ahora mismo en la cárcel bajo sospecha de influir a sus seguidores para que ayunaran hasta la muerte, causando un total de 65 muertos.
En concreto, el total de cuerpos exhumados en la zona, de más de 300 hectáreas, que está clausurada y está siendo investigada como una escena del crimen, ha ascendido a 65. La Policía también ha detenido a un hombre que ha sido identificado como coautor intelectual y aliado de Mackenzie, según ha informado el diario ‘The Nation’.
El detenido, identificado como el pastor Zablon wa Yesu, ha sido encontrado leyendo una Biblia en el extenso terreno donde se han llevado a cabo las pesquisas desde el pasado viernes. La Policía también ha rescatado a nueve personas que ayunaban, cinco de ellas en estado crítico que ya han sido trasladadas a un hospital cercano.
Mackenzie, cabecilla de la llamada Iglesia Internacional de las Buenas Noticias, se entregó por vez primera a la Policía el mes pasado, después de que dos niños murieran por inanición delante de sus padres, miembros de la secta. Tras ser liberado bajo fianza, volvió a ser arrestado el 15 de abril.
El ministro de Interior de Kenia, Kithure Kindiki, quien visitará la localidad el martes, ha abierto la puerta a una mayor regulación de los espacios de culto en el país tras el descubrimiento de la masacre en la zona.
Entretanto, varios funcionarios del Gobierno han acudido a Shakahola durante la jornada, incluido el inspector general de la Policía, Japhet Koome, el director de Investigaciones Criminales, Amin Mohamed, y el director de la Fiscalía Pública, Nurdin Haji.
Más pronto, el presidente de Kenia, William Ruto, ha afirmado que lo que se ha presenciado en el lugar es «similar al terrorismo». «Mackenzie, que actúa como pastor, es de hecho un criminal terrible», ha indicado, agregando que «los terroristas usan la religión para promover sus actos atroces», según el citado medio.