La ONG afirma que las familias gazatíes se ven obligadas a rebuscar restos de comidas que dejan las ratas y alimentos abandonados
MADRID, 23 Feb. (EUROPA PRESS).- Alrededor de 1,1 millones de niños palestinos que viven en la Franja de Gaza podrían morir de hambre, según ha alertado este viernes la organización no gubernamental Save the Children, que ha afirmado que las familias gazatíes se están viendo obligadas a rebuscar entre los restos de comidas que dejan las ratas y alimentos abandonados.
la ONG ha indicado que todos los niños de Gaza hacen frente a una posible muerte por inanición y enfermedad ante la imposibilidad para entregar ayuda humanitaria de forma segura a causa de la ofensiva lanzada por Israel contra la Franja tras los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Una trabajadora humanitaria de la ONG que se encuentra en la ciudad de Rafá (sur) ha relatado que sus familiares que residen en el norte de la Franja están adoptando medidas desesperadas para sobrevivir. «Mi marido me dijo que la gente ha recurrido a comer comida de pájaros y animales y hojas de árboles por desesperación», ha contado.
«Nos hemos visto obligadas a buscar restos de comida (en cualquier parte). Hace poco, (mi marido) encontró restos de comida en la casa de su hermana, que ya habían sido mordisqueados por las ratas, pero los lavó y se los comió de todos modos porque literalmente no queda nada más que comer. Dice que no morirá por las bombas, sino por la escasez de alimentos», ha afirmado.
En este sentido, Save the Children ha subrayado que el riesgo de hambruna seguirá aumentando mientras Israel siga obstaculizando la entrada de ayuda, incluidos alimentos, agua y productos de saneamiento, antes de agregar que, entre el 1 de enero y el 15 de febrero, más del 50 por ciento de los trabajos de entrega y evaluación de ayuda en zonas del norte de Gaza fueron denegados por las autoridades israelíes.
Por ello, el director de la ONG en los Territorios Palestinos Ocupados, Jason Lee, ha afirmado que «se trata de la hambruna masiva de todo un pueblo». «¿Cómo puede alguien vivir así? Tras el inmenso número de víctimas mortales de esta guerra, más de 28.000 personas, el 70 por ciento de ellas mujeres y niños y niñas, el hambre está provocando que niños y familias mueran a cámara lenta», ha lamentado.
«La ayuda humanitaria básica de la que dependen las familias de Gaza ha sido suministrada a cuentagotas o denegada por las autoridades israelíes, y que los servicios básicos se han visto reducidos por los continuos combates, ha lamentado Lee, que ha sostenido que «las condiciones para proporcionar ayuda humanitaria a los niños y niñas de Gaza no sólo no se están cumpliendo, sino que están empeorando».
Por último, ha sostenido que «la única manera de poner fin a esto, de mantener con vida a los niños y a las familias, es un alto el fuego inmediato y definitivo y el aumento inmediato de la ayuda humanitaria sin restricciones». «Sin todo esto, una respuesta significativa dentro de Gaza es imposible, y los niños seguirán muriendo», ha advertido.
En este contexto, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció el martes una «pausa» en la entrega de ayuda alimentaria en el norte de la Franja de Gaza citando motivos de seguridad, apenas dos días después del reinicio de operaciones tras tres semanas de parón a raíz de un bombardeo contra un camión de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).
El PMA afirmó que sus convoyes habían sido asaltados por «grupos de personas hambrientas», incluidos intentos de estas personas para subirse a los camiones. Así, afirmó que otra de las entregas «hizo frente a un caos total y violencia a causa del colapso del orden civil».
El organismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) alertaron el lunes de que la desnutrición aguda entre los niños y las mujeres embarazadas y lactantes en Gaza están aumentando fuertemente –con una situación especialmente grave en el norte–, lo que está a punto de provocar una «explosión de muertes» en el enclave palestino.